Existen dolencias del alma que desafían los enfoques tradicionales.
Cuando eso sucede, tanto pacientes como terapeutas comienzan a explorar alternativas, sobre todo aquellas que llegan a nosotros desde lo profundo de nuestra historia humana, desde las culturas ancestrales.
Los antiguos chamanes se encontraban muy a menudo con situaciones que parecían desafiar todo saber adquirido. Por eso, se entrenaban en indagar mas allá de las apariencias, mas allá de todo conocimiento previo, guiados por su conciencia expandida hacia los territorios que la mente no pueden clasificar.
Esos territorios nos resultan bastante mas aceptables hoy en día, ya que la Física nos ha revelado que todo es energía e información y que lo que vemos como sólido es prácticamente espacio vacío.
A un antiguo chamán le causaría risa ver como nos asombramos ante las revelaciones científicas de que no existe una línea de tiempo y de que nuestros cerebros se pueden interconectar a través de la meditación, aumentando la comprensión mutua y la empatía.
Todo esto era parte del arte de los chamanes. Sanadores del alma de las personas a través de la energía y la conciencia, desde tiempos muy antiguos.
Uno de los problemas que los chamanes -de ayer y de hoy- se ocupan de resolver es el de la pérdida de alma, una fragmentación existencial que sucede cuando una persona ha sufrido un trauma siendo muy pequeña, incluso cuando aun no había nacido.
En otros artículos he abordado este tema pero hoy quiero centrarme en algo que a menudo surge en nuestras conversaciones con los terapeutas que participan en nuestros talleres. Es el gran tema de «cómo darse cuenta» de que una persona necesita una recuperación de alma.
Existen muchos indicadores, pero hay 7 signos que no debes perder de vista:
1. El paciente siente una tristeza que no puede adjudicar a ninguna circunstancia particular de su vida.
2. El paciente no logra conectar con su poder personal, sus capacidades esenciales, su auto valoración.
3. El paciente siente lo que define como un «vacío imposible de llenar«.
4. El paciente siente una persistente falta de motivación para hacer cambios significativos en su vida.
5. El paciente no logra «anclar» las emociones positivas, estas se le esfuman.
6. El paciente anhela recuperar algo perdido, lejano, que no recuerda pero que intuye que puede traer de regreso.
7. El paciente ha transitado diversas terapias antes y no logra la satisfacción existencial buscada.
Si conoces a alguna persona que manifiesta estos signos, quizás es tiempo de que la pongas en contacto con un terapeuta que incluya la Recuperación de Alma entre sus herramientas.
Y si eres terapeuta, te recomiendo que la incorpores también, ya que descubrirás que es perfectamente integrable a otras formas de terapia.
Porque es algo que los humanos aprendimos observando la Naturaleza, y ese conocimiento es tan amoroso como universal.
Flavia Carrión
Si eres terapeuta y quieres aprender esta Técnica de Sanación Ancestral, escríbeme un mail para que pueda orientarte.
Excelente, muy sabia, contundente. Gracias.
Me interesa
Hola….yo siento tal cual esos siete signos…llevo años de terapia y siento que estoy en un pozo sin salida…
Gracias
Excelente comentario Flavia, hiciste un gran trabajo en mi en recuperación Del Alma estoy muy agradecida….en algún momento me gustaría recuperar con más profundidad ese conocimiento ancestral…muchas gracias…
A veces me siento así,sin deseos de nada pero esto es porque he perdido en 2 años a 3 miembros de mi familia que he querido con toda mi alma , pero sé que tengo que levantarme y seguir mi camino.