Es cierto. La vida no es justa.
Los buenos no reciben premios por ser buenos. Los malos no siempre reciben el castigo por ser malos.
En la vida suceden cosas horrendas junto a las maravillosas, en un vaivén que parece azaroso. Da la sensación de que la existencia es la creación de un ser que juega con nosotros.
Sin embargo, vale la pena estar aquí. Por muchas razones.
Yo tengo las mías, tu tendrás que encontrar las tuyas.
Pero hay algo que puedo afirmar con total convicción: aquello que sientes dentro de ti, aquello que a veces te colma y a veces te quema; eso, es formidable. Es una experiencia extraordinariamente misteriosa, que algunos buscan desarrollar infructuosamente, mientras que tu la traes naturalmente.
Se llama sensibilidad y si no la exploras jamas conocerás todo lo que puede brindar.
La vida no es justa, es cierto, pero tu existencia puede ser radiante.
Comparte tu poesía con el mundo y seguramente descubrirás que existe otra manera de vivir; seguramente una manera distinta a la que nadie imaginó, porque tu eres el artista inspirado.
Tu puedes ver belleza en un tacho de basura y escuchar música en el ruido de la pava cuando calientas agua.
Tu generas la luz a partir del caos.
Conviértete en comunicador de lo sublime.
La vida no es justa, es cierto, pero es hermosa.
Y tu estas aquí no solo para saberlo, sino para transmitirlo.
( fragmento del libro de Flavia Carrion , “¡FUERA DE MI CABEZA!, una guía para liberarnos del Parásito Mental”. Editorial Autores de Argentina, 2015)