Ayer, durante las Transmisiones Animales de cada lunes (si aun nunca las viste te invitamos a hacerlo, por mi canal de Facebook. Las Transmisiones quedan grabadas), recomendé un ejercicio muy simple, que me enseñaron mis maestros nativo americanos:
Es así: en cualquier lugar en el que te encuentres, haz una pausa y mira a tu alrededor. ¿Cual es la planta medicinal mas cercana que tienes en ese momento? No necesariamente tiene que estar creciendo en tu jardín. Si está en una maceta o en tu alacena, el ejercicio aplica igual.
¿Que planta descubriste? Laurel? Menta? Romero? Son las mas habituales, pero seguramente descubrirás otras.
Muy bien, esa planta te está llamando por alguna razón. ¿por cual?
- Puede que su medicina sea exactamente lo que necesitas en este momento.
- Puede que su estado y necesidades actuales espejen las tuyas.
- Puede -sencillamente- que te esté llamando para que conectes con ella, en energía y amor, fortaleciendo la red de Vida de la que formamos parte.
¿Lo hiciste? ¿Que descubriste?
Quizás quieras saber que hacer para conectar con la planta medicina, así que te dejo aquí la pauta de la Sabiduría Ancestral que he aprendido de mis maestros y de la Naturaleza.
El primer paso: agradecer
Acerca tus manos a la planta, en silencio y serenamente. Da pasos lentos, deliberados. Colocate con la mirada a la altura de sus hojas (nunca mirándola desde arriba). Puedes sentarte en el suelo si te resulta mas cómodo.
Observa la planta elegida. Desde tu corazón, agradece a la Naturaleza por la existencia de esta planta, por sus cualidades medicinales, por su belleza. Agradece a la planta por su esfuerzo al crecer y llegar hasta ti, llamándote.
Espera unos minutos antes de proseguir. Registra en tu corazón lo vivido.
El segundo paso: percibir
Con los ojos cerrados formula interiormente la intención de percibir el campo de energía de la planta. No te preocupes si no sientes nada. Continúa intentándolo. Deja que tus manos se muevan por sobre el aura de la planta, libremente, guiados por tu intuición corporal.
En algún momento sentirás una vibración o calor. No interpretes ni analices la experiencia. Sencillamente, déjala fluir. Acepta este regalo.
El tercer paso: conectar energéticamente
Este es el momento en que realmente “vemos” y podemos conectar con la conciencia de la planta. Primero, abre tu percepción a ver su belleza. Explora la planta con todos tus sentidos: la miras, la hueles, ves su color y textura. ¿Cómo te hace sentir su aroma? ¿Qué recuerdos trae a tu memoria? ¿Qué sentimientos promueve en ti?
Esta fase traerá a ti una gran cantidad e intensidad de vivencias. Probablemente, los sucesos de tu vida actual se mostrarán bajo una luz distinta. Quizás encuentres la respuesta súbita a un problema que te inquietaba. O tal vez, sencillamente, tu estado de ánimo se modifique beneficiosamente para el resto del día.
Puedes desde esta conexión preguntarle a la planta cual es la medicina que tiene para ti en este momento. Permite que te lleguen imagenes, sensaciones o incluso certezas de “por donde seguir”.
Una vez concluida la experiencia, entrega una ofrenda a la Naturaleza. Puede ser algo orgánico que sirva a la tierra, o unas semillas para las aves.
Entrégalo en silencio y con tu corazón puesto en la tarea.
Si lo deseas, puedes dejar aqui tus comentarios contandonos tu experiencia.
Me encantará leerte,
hasta la próxima
Flavia Carrión